22.2.11

*




Latido suave acelerado…

Respiración entre cortada,

Un pensamiento viril embriagado de su aroma,

Sensación de su presencia que hace peso en mi cama,

Pecho con pecho…

Vibración excitada que atormenta mi centro encendido,

Palabras húmedas que saltan de mi lengua laboriosa,

Mirada atrevida le desnuda la piel endulzada,

Boca a boca hacen sitio a tajos,

Mi flor abre sus pétalos delicados ante la llegada del que no está,

Mis manos imitan un pensamiento masculino agitado

que me hace pronunciar su nombre casi sin aliento,

Dedos ultrajando mi vertiente exagerada,

Caricia penetrante… sutil a ratos… fuerte y firme en los espasmos,

La respiración no hace ruido… el tiempo se detiene,

Mi eje, rígido… húmedo, se dilata… se sostiene y agudiza,

Ligero cual espuma esparce su necesidad,

Me estremece… convulsionan mis paredes sin compasión,

Su imagen empuja una y otra vez… se desvanece… se aleja,

Un suspiro agotado se eterniza en el lecho

asombrado de mi soledad…

Abrazando la sombra de ese que no llegara jamás.





*

12.2.11


Saborearé tus sentidos en olas que tu cuerpo forma
al hacer el amor, te sentiré dentro sin que tú desees
que salga de ti, sin dudar el sabor que dejas en mí
cuando tu piel acaricia mi piel en la humedad de
nuestros deseos.

Comunión perfecta son nuestros cuerpos de
sensaciones divinas que causan explosión de
emociones vivas cuando hacemos el amor, tacto
suave de ilusiones en una combinación de caricias
que recorre en nuestra piel.

Consumimos nuestras bocas en un profundo placer
en la agitación de nuestra respiración que con
ansiedad del calor de nuestros cuerpos nos lleva a
revelar el deseo que despierta en nosotros sin
control alguno.



5.2.11

Esperando...




Cobijada por el manto, obscuro de la noche
dejando que lleguen, los sueños a mi huerta
capaces de hacer, del amor un gran derroche
te espero con ansias, que toques a mi puerta.


Sé que al llegar traerás, escondidos tus deseos
empezarás a desvertirme, con tu gentil mirada
llegarás deslumbrando, con sutiles coqueteos
me entregarás el paraíso, perdido en la alborada.


Pintarás en cada pliegue. . . de mi cuerpo
la huella de tus manos, y de tus besos
llegarás, al rincón mas escondido y profundo
derramando suavemente. . . tus antojos.


Y llegará el esperado, momento de la entrega
juntos tocaremos, el cielo al mismo tiempo
deseando que ese tiempo. . . se detenga
para que perduren tus caricias, en mi cuerpo.


Por hoy, los sueños se han ido de mi mente,
ha llegado la realidad, soñada y esperada
escucho el ruido de mi puerta, lentamente
se abre sigilosamente. . . anunciando tu llegada.