20.10.11


Él estaba sentado en un banco de una plaza, el día estaba muy caluroso

Casi no se podía respirar, el aire caliente y su cuerpo sudado,

Ella se había acomodado a la sombra de un árbol a leer un libro,


Él la mira y le sonríe, ella hizo lo propio esbozo una leve sonrisa,


Alcanzó para que él se le acerque.

-Él dijo ¡hola!


-Ella solo sonrió y se acomodó el pelo.


Hablaron de todo un poco, nada profundo ni muy personal; así pasaron unas horas.
Ella dijo –es hora de que me vaya.


Él dijo – ¿te molesta si te acompaño?


-¡No!


Caminaron cuatro cuadras y ella dice – es acá donde vivo, ¿quíeres pasar?


-Sí, claro.


No llegaron mas lejos que a la escalera, cuando él le roba un beso,
Ella le corresponde con un abrazo,


-¡Quiero hacerte el amor!


-¡y yo quiero que lo hagas!


Subieron corriendo hasta el primer piso, mientras se iban sacando la ropa,


Él la aprieta contra la pared y se frota contra sus pechos, ella está muy caliente; le desabrocha el cierre del pantalón y mete su mano.


Ella está sudada y muy acalorada, él mete sus manos por debajo de su blusa para tocar sus pezones.
Quedaron a mitad del pasillo, solo eran sus manos por todas partes cubriendo cada milímetro de sus cuerpos; besos apasionados y deseos promiscuos.


-ya casi, ¡ya casi! Si, si.


-Así ¡ahí, así si, hayyyyyyyy!


Gemidos susurrados que a la hora del orgasmo, revelan el placer.


†Ivonne*Copyright ©