Me regalaste una hora de tu tiempo,
sesenta eternidades
para gozarte
para curiosear por tu cuerpo
para sentirte sin límites
para saciarme de tus besos
para disfrutar del sexo.
Tiempo suficiente
para que mis pechos llenaran tu boca
y tu lengua invadiera mi sexo.
Tiempo mágico
de placer intenso
de orgasmos sin freno.
Termina la hora
se acaban los minutos
vuelve la calma
a la tempestad de nuestros cuerpos.
Hasta pronto, querido,
volveremos pronto a vernos.
†Ivonne*Copyright ©
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