14.4.11

Mi cuerpo...


Te ofrezco mi cuerpo desnudo.
Es único,
irrepetible:
en los millones de cuerpos del pasado
y del futuro no habrá otro exacto,
como no habrá otra estrella,
otra hoja,
otra nube ni otro insecto.


Toma mi cuerpo desnudo.
Sin vestimentas ni atuendos,
sin espejeantes metales,
desnudo,
como un pájaro o un árbol,
un venado o una piedra.

Mi cuerpo,
mi material cuerpo,
Mi valioso,
mi indefenso,
mi poderoso,
mi enervado cuerpo,
mi caminante,
mi evanescente cuerpo.

Mi fértil cuerpo,
Poblado de estaciones como el mundo,
con ojos donde navegan las estrellas,
los opresos espacios,
el colibrí,
la rosa
y la infinita variedad de semejantes cuerpos;
ojos que pernoctan bajo el sueño
y bajo el sueño aún siguen mirando.

Mi concreto cuerpo,
Con intrincada mente que vibra en mi cerebro
crea su vuelo sobre la piel del mundo.

Mi sensible,
primitivo,
mi complejo cuerpo,
cuya carnosa urdimbre ha cabalgado en siglos, ámbitos y ascendientes,
desde el atávico albor
en que la vida posó su inmarcesible
en el enigmático y ancestral cuerpo.

Mi singular cuerpo,
Con alma capaz de ser dichosa
y aullar en laberintos de muerte y desazón;
capaz de ser Creadora,
amante de los mares y buque de la aurora;
capaz de ser el beso y la compañera íntima
y ser la espada erguida
y el odio
y la pasión.